martes, 1 de febrero de 2011

interesante

Qué curioso me pareció siempre lo poco que tiene que ver hacer cosas interesantes con ser persona interesante.

Antes de descubrirlo me parecía que iba unido, que una cosa llevaba a la otra, que era obligatorio ser una persona interesante si eras capaz de sorpender en algun ámbito con algo de tu invención. Y me refiero a lo creativo, a lo intelectual y a lo artístico, y especialmente a lo que concierne a las palabras, ideas de las que te dan ganas de conocer más al que las pensó, imaginando que le quedó más por decir y presuponiéndole incluso un estilo al hacerlo.

Sin embargo, no siempre es así. Puedes hacer los mejores poemas o escribir las canciones más impactantes y ser persona insulsa, aburrida o anodina. Y no es una crítica porque no podría serlo ya que no es condenable ser soso, más bien responde a la simple observación de la realidad, que en tantas ocasiones me sorprende. Porque aunque hace tiempo que lo aprendí, todavía me sigue resultando extraño, y a veces sigo empeñada en creer que debe existir una relación directa entre esas dos cosas.

Supongo que es una fantasía alimentada por la propia literatura y el cine. El personaje del escritor que trabaja de funcionario, tiene dos hijos, esposa, hipoteca, perro, y mira la tele los sábados por la tarde, es menos interesante supuestamente que el del que vive en un barco, alcoholizado, y tiene amantes o va de putas los lunes, aunque los dos piensen de la misma manera. Y aunque también valga el personaje interesante en versión menos decadente -quizás un lindo divorciado enamorado que desayuna cereales-, cabe entonces preguntarse si pensar de una determinada manera define nuestra forma de vivir, o si acaso debería hacerlo. O si lo que caracteriza de interesante a una persona es qué vida decidió tener, o si alguna vez lo hizo o le fue viniendo.
 

En cualquier caso, aunque los sábados miremos la tele o ahoguemos nuestros días en alcohol o en cereales, eso no lo es todo. Al final todos llevamos más o menos las mismas vidas aunque nos guste sentirnos diferentes y especiales, y quizá el punto está en ir un poco más lejos. Es la actitud ante la vida lo que nos hace distintos. Unas veces tendrá que ver con nuestras posesiones y rutinas, y otras no. A veces son pequeños detalles que son grandes porque nos definen, y ahí cada cuál que encuentre su propia definición y sus propios intereses para encontrale algo más a cada persona. Seas poeta, dramaturgo, conserge o profesor de chino mandarín.



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Imagen: Markus Lüpertz

2 comentarios:

  1. Yo no sé si mirarás programas de chusmerío, yo no sé si tendrás una vida frívola. No sé nada de eso. Tampoco sé si sos una persona interesante, pero sí sé que tu reflexión es interesante. Y que ahora me toca reflexionar a mí al respecto.
    Gracias.

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  2. Glups! bueno en realidad no estoy demasiado interesada en serlo...gracias por tu comentario. Me ha producido interés. ;) Un saludo!!

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