Anoche me dejé la puerta de casa abierta. Cuando me desperté no me sorprendió ver a tres gatos callejeros en la cocina, ni un señor muy amable que estaba lavándome los platos. Tampoco las dos chicas jóvenes que charlaban y tomaban café acomodadas en el sofá, ni el bebé de una de ellas, que no lloraba y que gateaba felizmente desplazándose por la alfombra hacia los gatos. Como tampoco me extrañó verte a ti, que te habías colado como los demás y te habías metido en mi cama.
Después me desperté. El señor había terminado para entonces de fregar y estaba limpiando el horno, era muy hacendoso. Las chicas habían dejado de hablar, sólo fumaban y escuchaban música, y el bebé estaba llorando en un tono correcto parece ser a causa del arañazo que le había propinado uno de los gatos. Les di los buenos días a todos ellos y les pregunté por ti, pero no sabían de quien les estaba hablando.
El señor todavía está en casa, espero que se quede para siempre. Ahora lo oigo en el cuarto de baño utilizando el aspirador. Las chicas se fueron no hace mucho, con el bebé y los gatos. Y tú, que por lo visto todavía estás, parece ser que nunca llegaste a entrar. Supongo que es por eso por lo que te echo de menos.
Deixar oberta la porta de casa trobo que és molt nadalenc i està molt bé, malauradament Nadal també porta inevitablement enyorances... tot i així, jo no m’estaria de demanar als reis un senyor de l’aspiradora de forma permanent!!
ResponderEliminarI sempre millor els reis que demanar-ho al Tió, per la cosa escatològica, no?
ja ho he fet però estan exhaurits...tu sí que ets nadalenc...jeje
ResponderEliminarHas de buscar marques blanques, no de la marca "MiOtroYo.OFF"...
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