jueves, 9 de septiembre de 2010

Fueron

Fueron dos, las lágrimas suicidas, que saltaron desde el párpado inferior en caída libre y sin pedir permiso, y que en un silencio lento chocaron hasta fundirse con el tejido del pantalón, que las recibió con resignación acogedora. No me preguntaron, como dueña del orígen, si debían nacer o morir ni en qué momento. Sólo vinieron a este mundo para no quedarse; sólo vinieron para poner de manifiesto, espontáneo, absurdo o no, una tristeza que no esperaba, una tristeza que permanece en mis pupilas a estas horas, dispuestas sin saberlo a inundarse en un segundo, con cualquier pedacito de recuerdo.

4 comentarios:

  1. Ooohh!!!! Qué belleza!!! Esto es pura poesía... Me encanta. Todo está donde tiene que estar en un bello equilibrio... ¡¡¡Precioso!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias!! No diré que eres mi hermano para no perder credibilidad. Besos vía movil. Vivan las TIC. ;)

    ResponderEliminar
  3. hermoso lo que escribiste, envidio la forma en que puedas escribit algo verdaderamente significativo aunque capaz no piense en lo mismo que pensaste vos cuando lo escribiste :)
    un beso, me encnato

    ResponderEliminar
  4. Layla, muchas gracias! bueno, tampoco sé en lo que piensas tú, pero probablemente sí es lo mismo :) Besos y gracias por leerme (y seguirme!)

    ResponderEliminar