domingo, 7 de marzo de 2010

observo

Me detengo, y de forma imaginaria, también, muevo lentamente mi mirada y mi cabeza hacia la derecha, hasta girarla por completo. Y miro atrás. Observo los días que han pasado: una semana densa, rica en sensaciones, llenísimas de vida. Entre todo lo que viví, conocí una historia de una vida ajena. Historias que antes sólo había visto en el cine o en boca del que conoce a alguien que le contó que le contaron. Esta vez me lo explicó el protagonista, y con derecho a hacer preguntas obtuve respuestas que no por honestas fueron más satisfactorias. Al escucharlas casi pude tocar el desengaño, la parte más amarga de la vida, que algunos escogen, por cobardía o por desgaste del que se cree viejo para empezar de nuevo. O del que escoge sin saber que lo está haciendo por escoger el no hacer, sin sentirse responsable de su propia vida. Y me entristecí, por el que opta por perder. Por las veces que lo hacemos.

Ya lo observé. Ahora recupero la dirección de mi mirada. La vida está delante.

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