Hace seis años y un día conocí a un pez. Al principio no nos entendíamos porque yo no hablo el pez, soy un elefante. Pero él, rápidamente, con gestos de pez, se hizo entender. Todo es cuestión de voluntad, a veces.
La pecera resultó ser algo estrecha para los dos cuando de un salto entré en su casa para ir a jugar como me pedía. Los peces son simpáticos, o él lo era, y yo no lo sabía. El problema fue para salir de ella pero lo logramos, entre risas y empujones.
Ya no se acuerda de mi, me olvidó en un segundo, pero no me duele. A mi me gustaría que se acordara e incluso que me echara de menos. De acuerdo, soy un elefante sentimental, pero no sufro por ello. Le acepté tal y como era, pez, nunca quise cambiarlo. Yo no le olvidaré en toda mi vida, cuestión de especie, tal vez, aunque no estoy seguro, porque el recuerdo está lleno de cariño. Y supongo que si nunca quise cambiarlo fue porque llegué a quererle con todo lo que él era. Dejo aquí un beso de este elefante que escribe en su lindo recuerdo.
La pecera resultó ser algo estrecha para los dos cuando de un salto entré en su casa para ir a jugar como me pedía. Los peces son simpáticos, o él lo era, y yo no lo sabía. El problema fue para salir de ella pero lo logramos, entre risas y empujones.
Ya no se acuerda de mi, me olvidó en un segundo, pero no me duele. A mi me gustaría que se acordara e incluso que me echara de menos. De acuerdo, soy un elefante sentimental, pero no sufro por ello. Le acepté tal y como era, pez, nunca quise cambiarlo. Yo no le olvidaré en toda mi vida, cuestión de especie, tal vez, aunque no estoy seguro, porque el recuerdo está lleno de cariño. Y supongo que si nunca quise cambiarlo fue porque llegué a quererle con todo lo que él era. Dejo aquí un beso de este elefante que escribe en su lindo recuerdo.
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Imagen: Keith Garrow
Hermoso.
ResponderEliminarGracias Lucas. Un saludo.
ResponderEliminarSegur que se'n recorda, però probablement amb els "apretujons" va sortir disparat de la peixera i deu estar de camí a algun lloc, com a "Buscant a Nemo".
ResponderEliminar:) jeje pobre peixet...es perdrà (no he vist la pel·li).
ResponderEliminarMe encanta. Poético y aparentemente sencillo, pero con un análisis de las relaciones personales y sentimentales que invita a una reflexión más profunda.
ResponderEliminarLo he leído en voz alta para compartirlo y me han dicho algo que me ha parecido bonito:
"...a veces me gustaría ser pez para olvidar ciertas cosas en un segundo; y otras en las que quisiera ser elefante, para que algunos recuerdos me acompañaran siempre."
Un beso de pez y un abrazo de elefante.
Muchas gracias Rodrigo. Sí, en realidad no estaría nada mal. Besos.
ResponderEliminarque bién me caen los elefantes!!!!!! y éste, tan tierno aún más.
ResponderEliminarHola Jime!!! Sí, este es majo. Supongo que como alguien me dijo: "En el mundo faltan más elefantes!!" :)
ResponderEliminarYo soy un elefante. Afortunada y desafortunadamente. Pero me gusta serlo. Hoy mismo, casualmente, le regalé un elefante a alguien, por su cumpleaños.
ResponderEliminar¡Saludos!
Seas elefante o pez lo mejor es ser uno mismo. Gracias por leerme! un saludo!
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