domingo, 19 de febrero de 2012

con todos ustedes

Yo no sabía que los espejos guardaban las imágenes en movimiento y que el día menos pensado las mostraban. Qué vergüenza, no de mi, si no ajena cuando el otro día vi lo que había estado haciendo el inquilino anterior. El hombre bailaba y cantaba (también graba el sonido) delante del espejo con una arritmia sublime, desde luego original. También ensayaba sonrisas y miradas seductoras. Quizá me molesta haberme enterado. Me intimida pensar lo que pude haber hecho en el pasado, aunque desde entonces preparo monólogos y los dedico a los que me verán el día que por azar alguien haga hablar a mi espejo. Cuando bailo delante de él, previamente hago unas palabras, y cuando ensayo sonrisas seductoras, también advierto que las imágenes que van a ver pueden herir sensibilidades. En realidad estoy encantada de haber descubierto lo que pocos saben, y confieso que a menudo, en días como hoy, digo que no puedo salir, que estoy ocupadísima, solo para quedarme a solas y dedicarme a él por completo. No está mal así de repente sentir que una tiene su público.


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Imagen: Patrick Caufield

4 comentarios:

  1. Impressionant! No sé d'on treus aquesta imaginació!

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  2. Jaja, muy bueno. Y se puede usar alegoricamente, y darle sentidos muy interesantes. Sería algo así como llevar todas las acciones de uno al futuro, ¿no?. Quizá habría que pensarlo un poco más, pero en esta primera lectura me queda esa sensación.

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  3. gracias Lucas! Sí, después de haberlo escrito pensé que tenía mucho sentido, mucho más del que tuvo cuando "nació", al menos de manera consciente por mi parte :)

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