miércoles, 24 de agosto de 2011

verdades

Estaba conmigo misma y me hice algunas preguntas. Nadie estaba escuchando. De casi todas ellas obtuve respuestas, algunas más sinceras que otras, lo noté. Pensé que iba a preguntármelo más tarde, más adelante, quizá en un momento más oportuno en el que las circunstancias no ejercieran una influencia tan poderosa que determinara mi falta de honestidad o que desenfocaran mi visión subjetivamente objetiva de las cosas.
Tenía claro que todo iba a seguir igual que hasta ahora. Sabía que nada iba a cambiar, igual que sabía que todo iba a ser de manera distinta. Igual porque la vida no cambia, igual porque somos nosotros los que cambiamos las cosas de lugar para no hacernos daño, en el mejor de los casos.

Después anoté las respuestas, todas ellas, en una hoja de papel de color azul. Las honestas permanecen intactas. Las otras, sin embargo, se han desdibujado con los días, ya no puedo leerlas, existen pero de una forma insegura, como mentiras piadosas o como verdades que nunca fueron bien vistas. Tal vez no haga falta volverme a preguntar, o tal vez deba cambiar las preguntas.

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Imagen: André Derain

6 comentarios:

  1. Avui he gaudit llegin-te... es nota que gaudeixes escribint.

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  2. me n'alegro molt salva, espero que es repeteixi! ;)

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  3. Això és molt interessant... però com es pot saber si la facultat d'esborrar les veritats subjectivament objectives és una facultat del paper, del llapis que fas servir o una combinació de les dues coses?
    I el que és encara més important: a on puc anar a comprar???

    I no val a dir que són les ulleres, que aquí ja la "liem"...

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  4. Algunes coses no són analitzables, ni hi ha botigues, ni explicacions, només són, senyor racional. :)

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  5. O tal vez solo te haga falta querer a las preguntas y rechazar a las respuestas.

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  6. es cierto Shunca, además a veces no hay respuestas... Bienvenida!

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