miércoles, 28 de septiembre de 2011

de ida y vuelta

Suenan las doce en el reloj y yo escribo, quizás con la intención de calmar mi espíritu, de liberar tanta emoción que nació de mi, que repartí y que recibí de tantos amigos a los que comuniqué la noticia.

El cariño viajó en mensajes de texto como nunca, en trayectos de ida y de vuelta, en líneas telefónicas cargadas con tonos alegres y voces instaladas en sonrisas, algunas escapadas por un momento del contexto laboral.

Me recitaron incluso ruidos de fuegos artificiales y yo me sentí repartiendo ilusión a trocitos por el mundo, mi mundo que fue el que se alegró y me devolvió en pocas palabras la misma ilusión.

Qué fácil parece a veces querer.

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Imagen: Jean Dubuffet

4 comentarios:

  1. Eso es una de las cosas lindas de las buenas noticias: compartirlas. Y sonreir, claro.

    Saludos

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  2. sí, pensaba que si estuviera prohibido compartirlas no seríamos igual de felices... saludos Lucas!

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  3. que bé haver-ho compartit amb tu i ser una de las "vueltas"

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  4. ida y vuelta, y vuelta, ida, y vuelta y más ida y más vuelta...tota una vida, forever salva. mua!

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