No soy tonta sólo cometo errores. Lo que me hace humana, por otro lado. Muy humana, por lo visto. Pero ¿quiero ser tan humana? ¿Quién valora este agudo grado de humanidad que me envuelve? Tal vez los perros. Y yo, animal irracional también o más, me quedo en este lugar que habito, sola, con toda mi humanidad, pensando en lo fea que es la perfección y en lo bonito que es equivocarse. Cantando alguna canción que me alegre la existencia, de un día hábil, hábil como los muy humanos, capaces y dispuestos en cualquier momento, circunstancia o situación, a emprender espontáneamente alguna acción que pueda desembocar en un resultado inestable, llámale error, cualquier ejercicio, oficio o movimiento que nos puede acercar a esa imperfección, que, finalmente, creo, sé, consiento y defiendo, que es bella. Gracias a la vida, entonces.
jueves, 29 de abril de 2010
errores
Publicado por
mi otro yo
en
0:41
0
comentarios


Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
con sentido del humor (el mío),
cotidiano
sábado, 24 de abril de 2010
reloj perdido
La noche que perdí una camiseta, un reloj y un amigo, gané los besos de un tipo que se hacía el duro. Y muchas risas.
La camiseta la custodia una persona que quiero mucho, y por los días que han pasado supongo que a estas alturas habrá guardado en el fondo del armario por lo del cambio de estación. Yo lo hice con la suya, con ilusión.
El reloj no era maravilloso, sólo era el mío. Me gustaba porque era el recuerdo de un viaje. Pero sólo era un reloj.
En fin, me acostumbré a vivir sin reloj, y a cambiar de vestuario, y las risas me alegraron con su recuerdo. También los besos.
Pero me quedó un sabor amargo. Hay personas que te alegra que la vida haya puesto en tu camino, y a las que no quisieras perder. Y aunque fue una noche mágica aún sin la magia, perder a un amigo no compensa lo demás. Tal vez no lo era o tal vez no lo perdí. Pero si lo perdí, esa noche perdí más que gané. Y ahora me apena. Y sin ánimo de ponerme dramática, y en el caso improbable que algún día me lea, decirle que le echo de menos. Que yo no se desquerer tan fácilmente. Le sigo queriendo, podría decir porque no puedo evitarlo. Pero es que en realidad no quiero.
Pero me quedó un sabor amargo. Hay personas que te alegra que la vida haya puesto en tu camino, y a las que no quisieras perder. Y aunque fue una noche mágica aún sin la magia, perder a un amigo no compensa lo demás. Tal vez no lo era o tal vez no lo perdí. Pero si lo perdí, esa noche perdí más que gané. Y ahora me apena. Y sin ánimo de ponerme dramática, y en el caso improbable que algún día me lea, decirle que le echo de menos. Que yo no se desquerer tan fácilmente. Le sigo queriendo, podría decir porque no puedo evitarlo. Pero es que en realidad no quiero.
Publicado por
mi otro yo
en
1:07
2
comentarios


Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
domingo, 18 de abril de 2010
libre
No sabía como escapar al deseo de tenerle. Quería huir. Quizás porque menos libre que él, el vínculo emocional me aterraba. Me aterraba que sólo su compañía, un día pudiera quitarme cualquier tristeza.
Y por eso me iba con cualquiera, para quitarme la sensación de dependencia que detesto.
Falsa libertad la mía.
Falsa libertad la mía.
Publicado por
mi otro yo
en
11:50
1 comentarios


Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
sábado, 17 de abril de 2010
historia de dos amantes
Aún no sé porque no lo eliminé de esa red social del diablo en el mismo instante en me que solicitó amistad. En otras ocasiones cuando un desconocido me añadía lo eliminaba sin gastar un segundo más en pensar en nada.
Me había encontrado no se como, en un grupo común de esa misma red social, al que pertenecían actores y actrices y gente relacionada con el mundo de la interpretación, como él, supuse. En realidad en un primer momento dudé si lo conocía porque a veces una tiene mala memoria, y le envié un mensaje con esa pregunta y disculpándome por si acaso. "No, nos conocemos, pero eso lo podemos solucionar fácilmente". Me hizo reir y supongo que eso me gustó. Soy de risa fácil, es cierto, pero la verdad es que a partir de entonces empezamos un intercambio de mensajes interesante, y en el que nunca dije que yo no vivía en Madrid, hecho que él desde el principio dio por hecho.
Cuando descubrí que estaba casado y él desubrió que yo vivía con mi novio, todo cambió. El compromiso que ninguno de los dos quería tener, nos volvió libres por completo y nos pudimos amar sin problemas, a parte de los logísticos y de la imaginación que algunas veces se agotaba pero que cada uno reconstruía con ilusión reinventando nuevas mentiras para poder vernos. Nos hicimos expertos en el arte de engañar y nos reíamos juntos de las rocambolescas historias que llegábamos a diseñar, indultados por la necesidad. La ocasión hace al ladrón, era nuestro lema para justificar la crueldad descargada contra nuestros cónyuges. Lo que empezó como un juego se convirtió en la mejor historia que nunca soñamos.
El tiempo fue pasando y todavía hoy compartimos la ilusión del primer día. Él no sabe que yo hace casi un año que dejé a mi novio y aunque intuyo que en su vida también han habido ciertos cambios en ese aspecto, sobre todo desde que ha venido a vivir a Barcelona por un cambio en su trabajo según dice, y nos vemos cada semana, no me ha dicho nada. No necesitamos saber nada del otro. Y aunque a veces echo de menos despertarme a diario entre sus brazos, es la historia más llena de verdad que nunca tuve. Y que dure.
Publicado por
mi otro yo
en
11:58
3
comentarios


Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
cuentos
lunes, 12 de abril de 2010
procesos

Publicado por
mi otro yo
en
22:02
9
comentarios


Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
reflexiones...
decir adiós

Publicado por
mi otro yo
en
21:21
7
comentarios


Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
cotidiano,
objetos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)