Desgraciadamente o no, el vacío me inspira. Ahí es nada. Y es que la nada me produce algo intensamente insípido que me hace huir hacia otra parte. Es demasiado desagradable para querer permanecer en ese lugar ni un segundo. Nada es nada y ya es demasiado. Pesa incluso más por no pesar, por ponerla en tu mano y ver sólo tu mano. Una caja sin fondo o un jardín sin tierra parecen tener más sentido. Y resulta frívolo decir que es aburrido porque es mucho más, aún sin ser. El vacío no es. Y la vida es por todos lados. Por eso resulta insolente.
---
imagen: René Magritte