sábado, 13 de febrero de 2010

tiempo

Dime cómo puedo hacerlo, si sabes, enséñame a parar el reloj. Dime cómo hago. Dime. Cómo hago para detener el tiempo, para pensar que no estaré en después. Por que me persiguen. Y me duele correr tanto y no tener el tiempo del momento actual, desesperada por ver que el minutero avanza, avanza, y que no sé, que no tengo tiempo de caminar, sin mirar atrás, ni adelante, ni a los lados... Por favor mátalo. Hazlo tú, porque yo no puedo, hoy no. Y dile, dile que se vaya, que me deje, que se olvide de mi, que no quiero correr más, que estoy sangrando. Quiero mirar al viento, de cara, perder mi tiempo con la nada, permitir que el aire entre en mis pulmones, despacio, saborearlo...saber que existe otra cosa ... otra forma de desplazarse por esta vida que amo tanto.
....y ahora, de repente, cuando siento el frío en mis piernas del aire que entra por las ventanas de mi casa en este frío invierno...soy capaz de respirar...de pensar...sin saber el motivo empiezo a subir, sólo un poco, pero hay movimiento, y salgo del lugar oscuro donde me encontraba, hace tan sólo unas horas, como si se aflojara la mordaza que me tenía atrapada, como si unas cuerdas invisibles que me ataban de pies y manos, me estuvieran diciendo al oído: sólo tú, sólo tu empeño, va a liberarte.

lunes, 8 de febrero de 2010

mañana

Un día de estos aprenderé, lo prometo, aprenderé a quitarme la prisa. Me creeré de una vez por todas que no me voy a morir mañana. Pero todavía no sé como hacerlo, por que si bien es algo que me empuja a vivirlo todo intensamente, al mismo tiempo me llena de impaciencia, y a menudo me agota. Nunca supe pensar más allá del sábado que viene, o del mes que viene, del verano, a lo más alguna vez. Y el tiempo pasa y yo no me muero mañana, porque todos los mañanas fueron pasando uno a uno y ya son parte del ayer. Al final es la paciencia, lo que no tengo, lo que desconozco por completo desde mi. Una especie de concepto que siempre identifiqué de manera inconsciente con la gente sin sangre, aunque también siempre supe que no era así. Es una perspectiva de la vida que se adquiere con la edad, dicen algunos. ¿Será cierto? me pregunto ¿Será cierto entonces que yo me quedé anclada en una edad sin nombre? ¿Es acaso el complejo de Peter Pan que tal vez adquirí sin saberlo? Y aunque no quiero perder la inmediatez del vivir en hoy, y me gusta la idea de pensar que el mañana no está en ninguna parte, algunas veces me gustaría creer que existe, y que existe abril, y diciembre, y el 2020, aunque, y quizás porque todavía no lo aprendí, yo sé rotundamente, que no es cierto.

domingo, 7 de febrero de 2010

en presente

A veces necesito parar para darme cuenta de todo lo que está pasando. Hacer balance del año que pasó no es muy dificil, pero no es fácil hacerlo del mes que pasó, de la semana anterior o del jueves, cuando es viernes. Ayer estaba contenta por lo que viví el viernes y el sábado. Hoy, sin sentirme extraña por lo que pasó, lo convertí en recuerdo, convirtiéndolo en pasado aunque sólo haya transcurrido una semana. Algunas cosas se convierten en pasado en horas, otras en cambio, quizás por no saber vivir al día, nos empeñamos en mantenerlas en un presente inexistente, quizás con la esperanza de revivirlas no sólo en el recuerdo.